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«En la antigua China, antes de que un artista empezara a pintar cualquier cosa, un árbol por ejemplo, se sentaba frente a él durante días, meses, años. No importaba cuánto tiempo. Hasta que él era el árbol. No se identificaba con el árbol sino que era el propio árbol. Esto significa que no había espacio entre él y el árbol. Ningún espacio entre el observador y lo observado. No había experimentador percibiendo la belleza, el movimiento, las sombras, la extensión de una hoja, la calidad del color. Él era totalmente el árbol y solo en ese estado podía pintarlo.»
— kirshnamurti Twitter