Éste es el primero de una serie de artículos dedicados a la sexualidad taoísta, explicada desde cero para las personas que desean conocerla y comenzar a practicarla. En estos artículos explicaré en qué manera estas prácticas transforman completamente nuestra experiencia sexual. Explicaré cómo comenzar a realizarlas y qué increíbles experiencias pueden alcanzarse a través de ellas.

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Descubriendo las técnicas sexuales taoístas

Muchos seres humanos, en un momento determinado de nuestra vida, sentimos la intuición de que la sexualidad esconde un nivel de experiencia más profundo del que conocemos. Intuimos que el placer que hemos sentido hasta entonces, en realidad, nunca fue todo lo pleno que podría ser. Más allá de eso, sentimos el impulso de encontrar en la sexualidad una satisfacción que abarca la totalidad de lo que somos, sin quedar reducida a una simple descarga fisiológica instintiva, como suele ser habitual. Sentimos que esa satisfacción está ahí para ser experimentada, aunque no hayamos encontrado aun la manera de alcanzarla. Cuando comenzamos a investigar con el deseo de conectar con esa dimensión desconocida en nosotros, descubrimos que hay tradiciones orientales que han explorado ampliamente esos territorios que en occidente resultan tan insólitos. En cuanto emprendemos esa búsqueda, rápidamente nos encontramos con la sexualidad tántrica y la sexualidad taoísta. Si tú ya lo has hecho es casi seguro que habrás oído hablar del maestro taoísta Mantak Chia.

Mantak Chia es la figura más conocida en este ámbito, y la razón es que ha sido la persona que ha popularizado las prácticas de la sexualidad taoísta en occidente. Estas prácticas han resultado enormemente atractivas para nosotros porque trasladan el potencial de nuestro placer y satisfacción sexual a un plano muy superior, además de que nos aportan soluciones reales a muchas de las limitaciones y disfunciones sexuales tan comunes en nuestra sociedad, como la eyaculación precoz, anorgasmia o los problemas de erección. Pero la clave para que hayan alcanzado tanta popularidad es, sin duda, el hecho de que Mantak Chia nos las ha transmitido con gran sencillez y claridad, de manera que pueden ser realizadas por cualquier persona siguiendo unas técnicas precisas.

Sin embargo, esos incentivos que resultan tan atractivos entre los occidentales no son lo único ni lo más importante que pueden ofrecernos. La persona que se ha adentrado en estas prácticas comprende que esas ventajas en relación al placer físico solo suponen una pequeña parte de los beneficios que nos aportan para nuestra salud física, mental, y desarrollo espiritual.

En este primer artículo explicaré quién es Mantak Chia, cuál es la esencia de su conocimiento y las prácticas que nos ha transmitido. Comprenderás por qué, a través de ellas, pueden alcanzarse esas increíbles experiencias sexuales, inimaginables para quien no ha ido más allá de la visión occidental del sexo. Una vez que las conocemos podemos confirmar que, tal y como intuíamos, solo habíamos explorado una pequeñísima parte del potencial de placer y plenitud que la sexualidad puede ofrecernos. Nuestra manera de vivirla se transforma drásticamente, y también de concebirla, ya que son experiencias que revolucionan totalmente nuestras creencias sobre cómo funciona nuestro organismo a nivel sexual, y sobre lo que es y lo que no es posible. En próximos artículos estaré explicando con más detalle cómo realizarlas.

El valor de las prácticas toístas es tan grande porque a través de ellas, lo que realmente hacemos es recuperar una conexión perdida con nuestro propio cuerpo, recuperamos la capacidad para comunicarnos con él y mantener la armonía entre todos sus órganos. Aprendemos a sentir su energía, y concentrarla para que no se disperse y nos debilitemos, aprendemos a canalizarla conscientemente en la dirección deseada. Una consecuencia extraordinaria de ello es que implica la facultad de ejercer un control consciente sobre reacciones fisiológicas que desde el punto de vista occidental siempre han sido consideradas reflejos involuntarios imposibles de controlar, como por ejemplo la eyaculación.

Mantak Chia nos dice:

Quizá el aspecto que ha resultado más atractivo a la hora de atraer a tantos seguidores occidentales son sus técnicas para alcanzar la multiorgasmia. Las personas que han leído sus libros han dejado atrás la creencia de que la multiorgasmia es una capacidad que pertenece exclusivamente a las mujeres. Muchos supuestos que damos por sentado se nos descubren como falsos a través del conocimiento taoísta milenario, que siempre permaneció ahí, ignorado por nosotros, y descubrimos cosas sorprendentes. Por ejemplo, el hecho de que el orgasmo masculino puede separarse a voluntad de la eyaculación. El orgasmo sin eyaculación, que se suele denominar «orgasmo seco», es conocido por la ciencia occidental pero solo se concibe como una situación anecdótica, que aunque no se considera grave por sí misma, se le atribuye un origen involuntario y disfuncional. Las causas consideradas por nuestra medicina son tales como efectos secundarios de medicamentos o cirugías, daños nerviosos o deficiencias hormonales. Sin embargo, un hombre en perfecta salud puede alcanzar el orgasmo seco voluntariamente, y cuando ha aprendido a hacerlo ha conseguido la llave para experimentar multiorgasmos de manera similar a los que conocemos como típicamente femeninos.

Pero antes de adentrarnos más en profundidad en comprender en qué consisten estas técnicas sexuales, veamos entonces quién es Mantak Chia, cuál es el origen de su conocimiento y en qué tradiciones está enraizado.

¿Quién es Mantak Chia?

Mantak Chia nació en Tailandia, de padres chinos, en 1944. Sus prácticas espirituales comenzaron a la edad de seis años, cuando fue iniciado en las técnicas de la meditación por parte de monjes budistas, que le enseñaron a aquietar su mente. En los años posteriores aprendió thai boxing, aikido, yoga y niveles avanzados de tai chi.

A partir de entonces, no paró en ningún momento de su vida de recibir enseñanzas de reconocidos maestros en diferentes campos. En su juventud, en Singapur, estudió Kundalini, yoga taoísta, y el Buddha Palm. Aprendió a liberar bloqueos de energía con su propio cuerpo y a pasar la energía de la fuerza vital a través de sus manos para curar a otras personas. Después, en Tailandia, aprendió Chi Nei Tsang, un masaje taoísta curativo, dirigido a liberar los bloqueos emocionales en los órganos, liberarlos del dolor y sanarlos.

Tiempo después, estudió el método Shao-Lin del poder interno con un maestro cuyo método combinaba thai boxing y kung fu. Aprendió ejercicios secretos dirigidos a los órganos, glándulas y la médula de los huesos. Otro maestro le enseñó sobre el intercambio de energía yin y yang entre hombres y mujeres y cómo desarrollar el cuerpo de acero. Más tarde, estudió anatomía y medicina occidental durante dos años, para integrar ese conocimiento con el oriental y poder llegar más allá en su comprensión de los mecanismos detrás de la energía curativa.

Pero el maestro que tuvo un papel más importante para Mantak Chia fue el maestro taoísta Yi Eng, conocido como el hermitaño de la nube blanca. Siendo estudiante en Hong Kong, un compañero de clase lo puso en contacto con él y fue entonces cuando comenzó su aprendizaje de la forma de vida taoísta de manera seria.

Así fue cómo el maestro hermitaño de la nube blanca lo autorizó para enseñar un sistema que combinaba sabiduría procedente taoísmo, el zen y el budismo.

Éste fue el proceso que le llevó a desarrollar un sistema estructurado combinando todo lo que había aprendido, sistema que terminó llamando: «El Tao Curativo Universal»

Durante todo este tiempo ha escrito más de 60 libros traducidos a más de 40 lenguas. De ellos, los más populares en occidente son los relativos a la sexualidad, especialmente los titulados «El hombre multiorgásmico», «La mujer multiorgásmica» y «La pareja multiorgásmica», porque son los que introducen las técnicas sexuales para las personas que comienzan. También son muy conocidos «Secretos taoístas del amor. Cultivando la energía sexual masculina» y «Amor curativo a través del Tao. Cultivando la energía sexual femenina», libros que se adentran con mucha más profundidad en el cultivo de la energía sexual. Sin embargo, la totalidad de sus libros abarca un campo mucho más amplio que la sexualidad, teniendo en cuenta que la sabiduría taoísta concibe la salud y bienestar humanos de una manera totalmente holística, donde la armonía solo puede alcanzarse cuando ninguna parte de nosotros es dejada de lado. Algunos de sus otros títulos son: «Despierta la luz curativa a través del Tao», «El elixir del Chi Kung», «Sistemas taoístas para transformar el estrés en vitalidad», «La sonrisa interior» o «Automasaje chi. Sistema taoísta de rejuvenecimiento».

Para transmitir su enseñanza no solo se ha servido de sus libros. Ha realizado también muchos cursos presenciales y en vídeo dando a conocer su Sistema del Tao Curativo Universal, y ha acreditado a muchos instructores para difundir su conocimiento. En 1979 abrió el «Centro del Tao Curativo Universal» en Nueva York, dedicado al cuidado integral del cuerpo y la mente, donde se realiza desde destoxificación corporal, hasta prácticas avanzadas de meditación. En el presente, Mantak Chia sigue en activo.

¿En qué consiste el sistema del Tao Curativo Universal?

Una diferencia esencial entre el Sistema del Tao Curativo Universal y la manera en que en occidente solemos comprender la salud, es el hecho de que cada individuo toma responsabilidad de su estado físico, emocional y mental. Mantak Chia, y los testimonios de todas las personas que se han beneficiado de sus enseñanzas, nos muestran que es posible cultivar un estado de armonía y bienestar a través de gestión consciente de la energía, armonizando cuerpo, mente y emociones.

Una vez que nuestros canales de energía se han abierto y las energías de los órganos internos se han armonizado, alcanzamos la capacidad de la autosanación y también podemos acceder a esa energía para sanar a otros. Entonces podemos abrir y conectar con las fuentes de energía a nuestro alrededor, en la naturaleza y en el Universo.

Mantak Chia nos dice en sus libros que a medida que recuperamos esas facultades físicas perdidas, juventud y energía, abrimos la puerta para desplegar nuestras facultades espirituales más profundas. Nos dice que en ese proceso, al reestablecer una conexión directa con las energías universales que nos rodean, finalmente las fronteras del cuerpo físico son trascendidas por el desarrollo del alma y los cuerpos espirituales.

El concepto de chi y el Quigong

¿Pero qué es exactamente esa energía de la que estamos hablando? Los taoístas nos hablan del concepto de «chi» y nos dicen que la salud y la curación dependen de la cantidad y calidad del chi de nuestro cuerpo. ¿Qué es entonces el chi? No hay una sola palabra que pueda servir como traducción exacta. Puede traducirse como energía, aire, aliento, viento, aliento vital o esencia vital. Se puede considerar como la energía que activa el universo y anima la sustancia física. Es la fuerza invisible que hace vivir a nuestro cuerpo físico, impulsando todos nuestros procesos fisiológicos y metabólicos, al igual que la electricidad enciende una bombilla. Pero el «chi» no es un concepto exclusivo de la tradición china. Muy al contrario, casi todas las culturas cuentan con una palabra para nombrarlo. En el libro «The body of light», «El cuerpo de luz», los autores John Mann y Larry Short, nos hablan de 49 culturas del mundo que articulan este concepto de algún modo. La más conocida para nosotros es quizá la palabra sánscrita «prana» a la que se hace referencia en yoga en el hinduismo. En tibetano se conoce como «Lung», en el mundo islámico «Barraka», y en hebreo «Ruach», el viento, espíritu o hálito divino que está presente antes de la creación del universo, según el génesis.

La medicina occidental contemporánea y los círculos científicos establecidos parecen ser de las pocas excepciones. Sin embargo, cada vez se están llevando a cabo más estudios y experimentos al respecto, que confirman la eficacia de los métodos de sanación taoístas.

De todas las culturas que cuentan con el concepto de chi, ninguna ha profundizado tanto en su conocimiento y ha desarrollado técnicas tan refinadas en torno a él como la cultura china taoísta. La medicina tradicional china, sus artes marciales, su ciencia, pintura, caligrafía, su decoración (Feng Shui) y su poesía, giran en torno al concepto de chi. La disciplina china que conocemos como Quigong, o chi kung, es la que se dedica a la gestión de esta energía. La palabra «kung» hace referencia a «todo aquello que lleva tiempo y esfuerzo». Se suele traducir por «trabajo», por lo que podríamos decir que «Quigong» significa «trabajo con la energía». Aunque «kung» también podría traducirse como ciencia, método o arte. El conocimiento de Mantak Chia en este ámbito es muy profundo y reconocido mundialmente. Lleva más de 45 años enseñándolo y ha sido la única persona nombrada dos veces maestro de Quigong del año por el Congreso Internacional de Medicina China.

El Quigong es una prática tan holística que podríamos decir que incluye tanto el ejercicio físico, como la regulación emocional y mental que relacionamos con la psicología, como las prácticas respiratorias del pranayama en el yoga, como las prácticas meditativas y de atención plena. Para acceder al auténtico potencial de la práctica del Quigong todo ello ha de estar alineado. Desarrollar la conciencia corporal tiene un papel esencial. A medida que se alcanza esa maestría, la conciencia y la intención adquiere un enorme poder transformador en el nivel físico, energético y espiritual. El chi fluye naturalmente por todo el cuerpo y cuando hay un bloqueo en cualquier parte de él que impide el flujo de la energía aparece la enfermedad. Una vez que el cuerpo, la mente y la respiración funcionan en armonía podemos percibir el chi y dirigirlo intencionalmente. Un dicho taoísta nos dice que: «la mente se mueve y el chi la sigue». Algo muy esencial en el mensaje de Mantak Chia es que allá donde ponemos la conciencia va la energía. En la práctica del Quigong, a través de un movimiento fluido se hace pasar el chi por todo el cuerpo, liberando los bloqueos y armonizando todos los órganos.

En el próximo artículo hablaré sobre esas asombrosas experiencias sexuales, desconocidas para nosotros, que pueden alcanzarse a través de la práctica taoísta, cuando desbloqueamos todo el potencial latente en nuestra sexualidad. Explicaré en qué consisten y compartiré las descripciones de algunas de las personas que las han vivido gracias a la enseñanza de Mantak Chia. Si quieres ver las versiones en vídeo te invito a visitar mi canal de youtube.