PISTA III
CUANTO MÁS LENTO CAMINES, MÁS RÁPIDO AVANZARÁS
Esta pista está estrechamente ligada a la del pergamino anterior. En realidad todas lo están entre sí. Cuando prolongamos nuestra excitación sexual en el tiempo descubrimos, como hemos visto, que muchos aspectos de ella se transforman. A demás de disminuir el sentimiento de necesidad de tener un orgasmo, otro de los cambios importantes que experimentamos es en relación a la excitación psicológica y la necesidad de movimiento. La quietud y relajación, que te resultará cada vez más natural, es por sí misma otra de las llaves para liberar la magia de tu energía sexual. Este es el mensaje del tercer pergamino.excitación psicológica y necesidad de movimiento. La quietud y relajación, que te resultará cada vez más natural, es por sí misma otra de las llaves para liberar la magia de tu energía sexual. Este es el mensaje del tercer pergamino.
"A medida que avanzas en la práctica, disminuye tu necesidad de movimiento físico. El movimiento físico no es sino la sombra del movimiento de la energía corporal. El contacto con el chi sutil de tu amante es incomparablemente más apasionante que los saltos con que, a veces, se confunden las cumbres del amor. Tu definición del sexo se verá modificada radicalmente por el dominio de estas prácticas que conseguirán interesarte en la calidad de tu relación de energía sutil con tu amante."
Intensa excitación en profunda relajación
Comenzarás a sentirte cada vez más relajado física y psicológicamente a la vez que más excitado sexualmente. Si nunca te habías adentrado en «el otro camino» y te tomas el tiempo suficiente, tu energía sexual se sentirá con mucha más intensidad de lo que la hayas sentido antes, y sin que sientas que te arrastra hacia al orgasmo. Al precipitarnos hacia el orgasmo nos sentimos acelerados pero eso no significa necesariamente que se haya activado una gran cantidad de energía sexual. Cuando es así tenemos orgasmos muy suaves que nos proporcionan muy poco placer. El tercer pergamino utiliza una metáfora para expresar la diferencia entre la excitación sexual que se alcanza después de unos pocos minutos y la que se alcanza después de un largo período de tiempo. La primera la representa como un pequeño molinillo de papel que gira muy deprisa, y la segunda con el eje de un enorme molino de viento que gira despacio pero con muchísima fuerza.
Comenzarás a sentirte cada vez más relajado física y psicológicamente a la vez que más excitado sexualmente. Si nunca te habías adentrado en «el otro camino» y te tomas el tiempo suficiente, tu energía sexual se sentirá con mucha más intensidad de lo que la hayas sentido antes, y sin que sientas que te arrastra hacia al orgasmo. o nos precipitamos hacia el orgasmo nos sentimos acelerados pero eso no significa necesariamente que se haya activado una gran cantidad de energía sexual. Cuando es así tenemos orgasmos muy suaves que nos proporcionan muy poco placer. El tercer pergamino utiliza una metáfora para expresar la diferencia entre la excitación sexual que se alcanza después de unos pocos minutos y la que se alcanza después de un largo período de tiempo. La primera la representa como un pequeño molinillo de papel que gira muy deprisa, y la segunda con el eje de un enorme molino de viento que gira despacio pero con muchísima fuerza.
Pensabas que conocías la culminación del placer sexual por haber alcanzado un punto en que tu cuerpo parecía no poder sostener más esa excitación, provocando que inevitablemente se produjera la «explosión» del orgasmo. Sin embargo, una vez que has conocido esos estados más profundos sientes que lo que antes considerabas placer sexual era solamente una versión limitada y superficial de él. Realmente sientes que nunca antes habías conocido el placer sexual. En el tercer pergamino, otra metáfora nos dice lo siguiente: Imagina que estás helado y quieres conocer lo que es el calor. Una práctica sexual rápida sería como poner el dedo sobre la llama de una cerilla. En un par de segundos te ves obligado a retirar el dedo porque te quema la piel y sientes que es todo lo que puedes soportar, sin embargo tu cuerpo sigue helado. Una excitación sexual mantenida en el tiempo es el equivalente a sentarte frente a la chimenea hasta que el calor invade todo tu cuerpo.
La magnitud de la energía acumulada y las maneras en que se mueve por nuestro cuerpo es capaz de producir muchos fenómenos nuevos. La energía de un gran molino de viento puede usarse para muchas cosas imposibles de conseguir con la energía de un pequeño molinillo de papel.
Quizá te resulte difícil imaginar una intensa excitación sexual en un estado de profunda relajación. Te puede parecer que ambas cosas actúan en sentido contrario, pero es justamente al revés. Vimos que el paso del tiempo favorece la activación de mucha más energía sexual. Vimos que también favorece la relajación y el hecho de que nos sintamos satisfechos sin el anhelo del orgasmo genital. Cuanto más satisfechos nos sentimos y menos orientados al orgasmo, más nos relajamos porque no hay tensión por ir a ningún sitio. Esa relajación supone un cambio drástico en nuestra capacidad de percibir. Cuanto más nos relajamos, más se agudizan nuestros sentidos. Cuanto más sentimos, más alimentamos la excitación sexual, pero una excitación que supone una gratificación en sí misma en el momento presente. Esa satisfacción vuelve a favorecer la relajación, y ésta la sensibilidad y ésta la excitación. La gran cantidad de excitación sexual acumulada nos lleva a enfocar absolutamente toda esa sensibilidad perceptiva en las sensaciones y estímulos que son la fuente de nuestra excitación. Así, además de multiplicarse el placer que nos producen, nos sumergimos en un estado hipnótico que apaga nuestra mente racional. Una vez que te has sumergido en las profundidades de la experiencia sexual, comprenderás que es este estado y no el orgasmo genital lo que siempre habías deseado alcanzar. Comprenderás que instintivamente solo deseabas atravesar el orgasmo para llegar a ello, pero la descarga era una puerta cerrada. En algunos momentos el placer será tan intenso y estarás tan relajado, que incluso la idea de un orgasmo genital se te puede presentar como algo tosco que te suscita pereza.
El 99% del tiempo el orgasmo es solo una promesa
Una vez que has entrado en calor frente al fuego, satisfecho y sin tensión, te quitas la ropa y disfrutas de sentir el aire cálido elevándose al acariciar tu piel, a la vez que todo tu cuerpo se siente energizado. Te sientes tan arropado por la energía del fuego que te relajas cada vez más. Reposas plácidamente porque te sientes satisfecho. No sientes que te falte nada en el presente que esperes recibir en ningún desenlace futuro. Entonces nos damos cuenta de que la excitación sexual que conocíamos, siempre contenía un elemento de insatisfacción, un obstáculo para alcanzar la plenitud en el placer, puesto que todo sentimiento de necesidad implica una carencia. La ilusión de alcanzar una meta supone una emoción positiva, pero cuando conocemos formas de satisfacción plenas en el momento presente, ante ellas lo primero palidece como una forma de inquietud.
Esa inquietud que creíamos indiferenciable de la pasión y la ilusión era la que nos impedía percibir la inmensa cantidad de matices en nuestras percepciones sensoriales y físicas que ahora nos resultan estremecedoras. El tercer pergamino nos dice que:
Cuando hayas alcanzado el punto en el que el fuego de la energía sexual ha calado hasta el interior de tus huesos, conocerás la expresión última y más intensa de la pasión, la ilusión y el sentido de estar vivo. Experimentarás que ésta no es exaltada sino profundamente serena.
Cuando hayas alcanzado el punto en el que el fuego de la energía sexual ha calado hasta el interior de tus huesos conocerás la expresión última y más intensa de la pasión, la ilusión y el sentido de estar vivo. Experimentarás que ésta no es exaltada sino profundamente serena.
" El retorno a la absoluta inocencia, a la absoluta unidad. La mayor excitación sexual de todas no es la búsqueda de excitación, sino una espera silenciosa: En relajación completa, sin motivo alguno. Uno es consciente solo de ser consciente. Uno es consciencia. Uno está satisfecho pero no es una satisfacción por algo. Y entonces hay una gran belleza, una gran bendición."
La dimensión mágica
En realidad, cuanto más relajados estamos, más nos excitamos. En un instante en el que te relajes tanto que el tiempo desaparezca, tu sensibilidad al placer y la activación de tu energía sexual puede aumentar repentinamente a una velocidad y hasta un punto que hubiera sido imposible cuando estás acelerado, estremeciéndote el corazón. Sentirás que ya lo tienes todo, pero es entonces cuando comenzará la verdadera magia. Tu cuerpo y tu mente comenzarán a desplegar un amplio abanico de fenómenos que desafiarán todas tus concepciones sobre lo que es la sexualidad, tu organismo y sobre lo que es posible. Fenómenos que superan tu capacidad para expresar con palabras. Algunos de ellos en planos a los que tu mente racional no tiene acceso, ni forma siquiera de asir con conceptos y que difícilmente podrá registrar o recordar.
En «el otro camino» no hay descargas orgásmicas genitales. En cualquier momento puedes tener una, pero eso significará la salida inmediata del camino. Sin embargo, mientras permanezcas en las profundidades del camino no volverás a acordarte de ello. A medida que te vas adentrando más y más en «el otro camino» comenzarás a atisbar otras formas de culminación que comienzan a sentirse cada vez más cercanas y que resultan incomparables con el orgasmo genital que conocías. Como hemos visto, prolongar la excitación sin expectativas nos lleva a la relajación y la relajación despliega todo nuestro potencial para sentir placer. Cuando la satisfacción que alcanzamos inmersos en ese placer es lo suficientemente plena, inunda el momento presente haciendo que el futuro y el pasado se disuelvan. El tercer pergamino nos dice:
«Podrás llegar a sentir que flotas en un espacio de plenitud tan absoluto, en el que el tiempo se haga tan lento, que sientas que está a punto de pararse y quedarse para siempre suspendido en su paso entre dos instantes. Sabrás que cuando eso ocurra todo se desvanecerá y tú mismo desaparecerás. Lo percibirás como el estado de liberación último y total, que ningún concepto puede describir. Libre de toda forma, libre de pasado y de futuro y por lo tanto de toda necesidad de esfuerzo o propósito. Sabrás que estás a punto de despojarte de todas las distorsiones que te impedían experimentar tu verdadera esencia, ésa que es tanto el experimentador como lo experimentado, porque es simplemente completa e infinita, no quedando nada fuera de ella.»
Puedes permanecer mucho tiempo simplemente atisbando esa culminación en el horizonte y no te sentirás frustrado como si estuvieras deseando un orgasmo genital que no puedes conseguir. No te sentirás frustrado porque sentir frustración no es compatible con permanecer en un punto tan avanzado de «el otro camino». Te encontrarás en un estado meditativo, un estado de conciencia nuevo e inexplorado, al que te ha transportado la magia de tu energía sexual.
«El otro camino» es profundo, mágico. No tiene límites que puedan ser alcanzados por un ser humano, ya que se pierden en el territorio transpersonal, más allá de lo que creíamos nuestra identidad.
"Sumérgete en tu cuerpo liberando toda tensión: mandíbula, hombros, vientre, pies, donde sea ¡suéltalo! La relajación fluye por todo el cuerpo."
"La energía sexual comienza a desviarse del curso condicionado."
"Cuanto más profunda es la relajación, mayor es el impulso."
"Comienza a hundirse y expandirse, y te espera una gloriosa sorpresa. ¡Sigue relajándote y encontrarás que la relajación es lo más emocionante que existe!"
"La excitación se transforma en una energía apasionante. Fluir y relajarse con esta fuerza es el arte del Tantra. Se convierte en inspiración, meditación, razón de vivir y de amar."